Es el corazón que late a dos mil por hora, la luz que surge de noche en pleno atardecer, las ganas de despertarse por la mañana sólo para mirarse a los ojos. Se halla en esas pocas líneas, el amor tal como lo querría ella y como ya no tiene. O quizá como no lo ha tenido nunca. Porque el amor no es y no puede ser simple afecto. No es sabiduría, es locura. es un cálculo equivocado, una excepción que confirma la regla, aquello para lo que siempre habías utilizado la palabra “nunca”.
¿Miedo?
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